Ya está aquí el verano y con él llegan las vacaciones, un momento que no queremos ver empañado por la aparición de problemas de salud. Cada época del año tiene asociadas unas patologías y hoy vamos a repasar las enfermedades veraniegas más comunes. El sol, las altas temperaturas, la humedad o los cambios en la alimentación son algunas de sus causas, pero con unas sencillas pautas podemos garantizar disfrutar de esta temporada junto a nuestra familia y amigos.
Quemaduras solares
En verano exponemos más nuestra piel a la radiación solar y para prevenir las quemaduras debemos utilizar siempre bloqueadores solares (FPS 50) y evitar la exposición en las horas centrales del día. Te recomendamos revisar estas pautas para proteger nuestra piel del sol y acudir a consulta en los casos más graves.
Deshidratación
Hidratarse correctamente siempre es importante, pero en verano se convierte en una medida de salud fundamental, debido a que se eleva la pérdida de agua corporal a través de la sudoración. No olvides beber regularmente para reponer los niveles, incluso aunque no tengas sensación de sed, y presta especial atención a niños y personas mayores.
Otitis
Otro de los clásicos del verano, sobre todo en el caso de los niños. Esta infección suele ser causada por las bacterias presentes en el agua que se queda en nuestros oídos. Un correcto secado tras el baño nos ayudará a prevenirlo, pero el empleo de tapones protectores es lo más recomendable si ya la hemos padecido.
Cistitis
Más frecuente en las mujeres, provocada por permanecer demasiado tiempo con el bañador húmedo, la cistitis es una infección urinaria que se manifiesta con molestias abdominales y al orinar. Evítala cambiándote de bañador tras el baño.
Conjuntivitis
Estas infecciones oculares pueden producirse en las piscinas, por contacto con bacterias presentes en el agua. Te recomendamos mantener una correcta higiene y el uso de gafas de buceo. Vigila también el empleo de lentillas durante tiempo excesivo.
Infecciones fúngicas
Caminar descalzos en las piscinas, duchas y vestuarios puede llevarnos a contraer hongos como el pie de atleta. Una sencilla medida de prevención es emplear chanclas y el secado de los pies tras el baño.
Intoxicaciones alimentarias
Es el momento de prestar más atención que nunca a lo que comemos, ya que con las altas temperaturas es más fácil que se reproduzcan bacterias en los alimentos, como la conocida Salmonella. Reposo, dieta y rehidratación te ayudarán a recuperarte.
Picaduras de insectos
Si viajas a algún destino exótico debes tener en cuenta que los insectos pueden ser transmisores de enfermedades tropicales como el dengue o la malaria. Para prevenirlo utiliza prendas que cubran brazos y piernas y un buen repelente.
Si sufres alguno de estos problemas, no dudes en acudir a nuestra clínica, donde nuestro equipo de profesionales te ayudará a terminar el verano en las mejores condiciones de salud.