Escuchar el corazón: las valvulopatías cardiacas

Nueve de cada diez mayores de 60 años en España desconocen por completo en qué consiste la valvulopatía cardiaca y cuál es su manifestación más común. Hay que tener en cuenta que nos referimos a una enfermedad grave que, en caso de falta de tratamiento, puede resultar mortal. La cifra es preocupante en la medida en que la prevención y la detección temprana son fundamentales para atajar la dolencia, hablamos del rango de edad en el que debuta con mayor frecuencia la enfermedad y los síntomas iniciales (fatiga, falta de aire, reducción de resistencia en la actividad física) pueden confundirse como signos propios del envejecimiento. En el siguiente artículo, analizamos en qué consiste la valvulopatía, qué clases hay, cuáles son los síntomas o sus tratamientos.

¿Qué son las válvulas cardiacas?

Para comenzar, debemos saber qué son las válvulas coronarias. Son estructuras orgánicas situadas en el corazón que permiten el paso de la sangre únicamente en un sentido, de forma que se abren para dejar fluir la sangre y se cierran para impedir que retroceda. En total, el ser humano cuenta con cuatro de estas válvulas en el corazón para cumplir la misión de regular y dirigir la circulación sanguínea. Según su posición, tenemos dos válvulas auriculares y otro par, semilunares.

Las válvulas aurículo-ventriculares, ubicadas entre las aurículas y los ventrículos del corazón, son las siguientes:

  • válvula mitral: situada entre la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo
  • válvula tricúspide: localizada entre la aurícula derecha y el ventrículo derecho

Por su parte, las válvulas semilunares son:

  • válvula pulmonar: a la salida del ventrículo derecho
  • válvula aórtica: salida del ventrículo izquierdo

¿Por qué fallan?

Cuando estas válvulas fallan y, por lo tanto, no cumplen con la máxima eficiencia su importante misión, nos encontramos ante esta grave afección cardiaca, la valvulopatía, que se debe y puede controlar de diferentes maneras. Pero, ¿por qué motivos pueden fallar? Hay varios factores que acaban por provocarla.

  1. Defecto congénito. El paciente nace con una válvula defectuosa, generalmente por herencia familiar.
  2. Como el resto del cuerpo humano y cualquier máquina, se produce un desgaste paulatino que puede derivar en una valvulopatía. Se calcula que las válvulas se pueden cerrar unas 60 veces por minuto, lo cual supone más 86.400 en un día. A lo largo del año, se superarían 31,5 millones de veces.
  3. Enfermedades del músculo del corazón (miocardiopatía). Se puede nacer con esta patología o haberla desarrollada debido a una complicación de otra enfermedad, como fiebre reumática o endocarditis.

Clases de valvulopatías y diagnósticos

Fundamentalmente, son dos los problemas que puede presentar una válvula. En primer lugar, nos encontramos con la estenosis (una estrechez que dificulta el paso de la sangre) o la insuficiencia o regurgitación valvular (el cierre inadecuado no frena el retroceso de la sangre). Estos dos problemas pueden afectar a cualquiera de las válvulas o en varias de ellas. Así nos podremos encontrar con estenosis o insuficiencia mitral, aórtica, tricúspidea o en la válvula pulmonar. Incluso, se puede producir ambos problemas (estenosis e insuficiencia) al mismo tiempo, dando lugar a las dobles lesiones mitrales, aórticas, etc.

Para detectar la afección y tratarla correctamente, se realizan diferentes pruebas. La primera y más básica es la auscultación. Su médico escuchará el corazón con un estetoscopio para comprobar si hay un soplo, que no es otra cosa que provoca alteración sobre los sonidos normales del corazón. A partir de ese momento, se pueden realizar pruebas como:

Ecocardiograma

Radiografía de tórax

Electrocardiograma

TAC

Angiograma o cateterismo cardíaco.

Tratamiento

El tratamiento dependerá de la gravedad y el deterioro que presente la válvula o válvulas afectadas. En casos leves, el seguimiento y la realización de pruebas cada cierto tiempo será la medida más adecuada, además de implementar hábitos saludables (alimentación sana o actividad física moderada y regular). En algunos casos, se optará por el uso de algunos fármacos que estabilicen el ritmo cardiaco (digoxina), que mejoren la circulación (como algunos inhibidores de ECA) o anticoagulantes que reduzcan el riesgo de formación de coágulos.

En casos severos, no quedará más remedio que realizar una intervención quirúrgica para la reconstrucción de la válvula (si es posible) o para su substitución por una de origen animal (vaca o cerdo) o metálico.

En TodoSaúde, contamos con la especialidad de cardiología y el doctor Jorge Luis Rodríguez Garrido es el encargado de la evaluación, diagnóstico y tratamiento de patologías que afectan al sistema cardiovascular y circulatorio. No dudes en consultar todas tus dudas y realiza revisiones periódicas.

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